domingo, 23 de enero de 2011

EL LABERINTO BOLVIANO: ENTRE EL CAPITALISMO ANDINO Y EL SOCIALISMO COMUNITARIO.

Leonardo Juárez, profesor de historia y miembro de la Comisión política y del Comité Central del Partido Comunista argentino, entrevistó en La Paz al intelectual boliviano Hugo Moldiz (director del semanario La Época, Abogado, Master en relaciones internacionales y docente universitario. Este es el resultado de la misma.
Leonardo Juárez:  Algunos dirigentes políticos e intelectuales plantean que el gobierno pulverizó a la oposición política,  que ataco los problemas inmediatos del proceso y que  ahora los desafíos a los que se enfrenta son los que devienen de la construcción del propio proceso, la preguntas es ¿Cuál es la relación del gobierno con los movimientos sociales, del Movimiento al Socialismo con el gobierno, del MAS con los movimientos sociales, del estado con los partidos políticos y los movimientos sociales?
Hugo Moldiz: No creo que haya que ser muy absoluto sino se corre el riesgo de cometer el error de dar las cosas por definitivamente resueltas y no percatarse de que mientras exista el capital éste va a recurrir a cientos de formas para volver a rearticular mecanismos de oposición, ya sea desde el ámbito de los partidos, que parece que va a demandar su tiempo, porque si hay algo que se ha confirmado en la elecciones del 6 de diciembre es la destrucción del viejo sistema de partidos. Podríamos decir en realidad que la democracia boliviana se está construyendo sobre un sistema no partidario porque incluso el propio MAS no llega a ser un partido sino que viene a ser una coalición de movimientos sociales en las que se han ido articulando también sectores urbanos, pero partido absolutamente no llega a ser, entonces es una de las características de la democracia muy rica. Creo que sería muy ingenuo pensar que la derecha no va a recurrir a formas de reorganizar la defensa de sus intereses. Ahora bien, en ese contexto de construcción hegemónica y de una derrota estratégica de la derecha boliviana y reiterando que las derrotas no son invariables ni inmutables en el tiempo, la tarea más complicada que se presenta a partir de este nuevo contexto es cómo se logra una articulación entre el MAS, los movimientos sociales, entre el estado y los movimientos sociales y la sociedad en su conjunto. Una primera definición ha sido incorporada por el vicepresidente; en Bolivia estamos construyendo el estado integral, en realidad el estado pleno, en palabras de Gramsci, que implica romper la diferencia entre la sociedad política y la sociedad civil, una división que como todos sabemos es propia de la modernidad y propia de los sistemas políticos liberales donde surge una división entre lo que debe ser el ámbito de la sociedad y el ámbito de la producción y la reproducción de la política. Un primer desafío va a ser lograr romper esta diferencia, la Constitución de una u otra manera facilita este proceso en la medida de que la misma no habla de poderes del estado, dice que el poder del estado es uno solo y que lo que hay son órganos de estado que son el ejecutivo, legislativo y judicial, esto no es un mero cambio de nombres implica un primer paso hacia la reconstitución de formas de organización de la vida altamente compatibles tanto con el socialismo como con la tradición de las comunidades originarias en las que los órganos legislativos, administrativos, judiciales estaban reunidos en un solo poder al mismo tiempo, acordémonos del gran aporte de Marx a propósito de leer las lecciones de la Comuna de París, cuando él hablaba de que ese estado era en realidad un semi-estado, que era el objetivo estratégico (sic). Sin embargo si bien es cierto esto es el ideal, este objetivo estratégico tropieza con algunas dificultades, a mi juicio, primero que las organizaciones sociales, sobre todo en sus cúpulas dirigenciales se han convertido en altamente funcionales a los mandatos del poder ejecutivo, y no tienen ningún nivel de autonomía frente a él. Yo quiero aclarar que no es que estoy reivindicando que los sindicatos, los movimientos sociales tengan independencia política de clase, esta vieja bandera de las organizaciones de izquierda, yo no estoy reivindicando eso, porque tu no puedes tener ni independencia política frente a tu gobierno ni frente a un estado que va a ser tuyo; pero sí tienes que tener un nivel de autonomía que te permita construir el poder no solamente desde arriba sino  desde abajo. Esto implica devolverle a las organizaciones sociales no solamente capacidad de decisión  sino capacidad de movimiento y capacidad de crítica, la libertad de crítica dentro del proceso, dentro de la construcción revolucionaria.
El segundo desafío que me parece tan importante como el primero es la definición del norte estratégico, las maneras de entender la descolonialidad en Bolivia, que es una necesidad imperiosa, son distintas aún en el seno de las organizaciones sociales, hay organizaciones que piensan que la descolonialidad no implica una ruptura radical con el capital, por lo tanto ahí se abre un espacio de perspectiva capitalista, que en su momento se llegó a decir que era el capitalismo andino, hay otros que entienden que la descolonialidad es hablar del idioma, vestirse como se vestían en el pasado, es decir, una visión solamente folklorista que el propio presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales, ha advertido hace unas dos o tres semanas atrás al momento presentar un libro de la escritora argentina Stella Calloni, Evo en la mira, CIA y DEA en Bolivia, porque dijo que no se podía desligar el tema cultural de la necesidad de acabar con el neoliberalismo. Como consecuencia de estas indefiniciones estratégicas que no son atribuibles solo a los movimientos sociales sino al propio gobierno como tal, está el de precisar de qué estamos hablando cuando decimos socialismo comunitario, porque estamos hablando de que el socialismo comunitario implica una ruptura radical con el socialismo del siglo XX e incluso con el socialismo del siglo XXI. Algunos creen que sí y han llegado incluso a afirmar que ese socialismo no pondrá en debate las formas de propiedad, lo cual nos lleva más a un socialismo que, en realidad, puede ser el nombre de la socialdemocracia en tiempos de cambio en Bolivia. Otros piensan que el socialismo comunitario implica la agrarización en las formas de organización de vida en el país (una vuelta al ayllu en una visión comunitarista propiamente andina) y otros, mas bien, consideran que el socialismo debe ser la expresión por un lado de la convergencia del proyecto de la  clase obrera, como clase fundamental del modo de producción capitalista, con el proyecto de los pueblos y las naciones originarias altamente reivindicadas por el propio Marx, en la carta que le dirige en septiembre de 1881 a Vera Zasulich,[1] cuando él rescata y subraya las potencialidades de la comunidad agraria contemporánea al capitalismo como altamente comunistas para construir una sociedad que no tenga necesariamente que pasar por el parto doloroso del capitalismo y por lo tanto esta última interpretación, que mas bien en los hechos implicaría recuperar, recoger los mejores aportes del socialismo del siglo XX  que ha tenido sus luces y sus sombras y por lo tanto recuperar sus luces y articularlo con algo que en América Latina, sobre todo en países como Bolivia, Perú, el Ecuador, (donde la izquierda no tuvo la claridad de verlo en su momento) articularlo con esta preexistencia de comunidades donde todavía hay formas comunitarias de organización de la vida cotidiana o en su caso apelando a esa memoria histórica, aún aquellos en que se ha desestructurado, apelando a esa memoria histórica que está presente en los pueblos y las naciones originarias. Pero además el socialismo comunitario, dentro de esta última interpretación, implicaría pasar de esta ecuación menos estado más mercado que es la del neoliberalismo a una ecuación en la que sea cada vez menos estado, es decir transición a la sociedad comunista, y cada vez más comunidad, porque si hay un problema en los socialismos del siglo XX es que (que es explicable en algunos puntos pero en otros no) lo que se ha fortalecido es el estado, el estado en su estado restringido, estado es burocracia, fuerzas armadas, policía y no han ido avanzando hacia la construcción de un estado pleno que es cada vez menos gobierno en el sentido restringido, es decir el estado se diluye en la sociedad, claro que son procesos largos, décadas, pero hay que tener claridad hacia dónde se está yendo.
LJ: Vendría a ser una síntesis del enfoque moderno marxista con la experiencia histórica de la sociedad boliviana, una complementariedad, no sería antagónico como lo quieren presentar algunos: comunitarismo indigenista contra la modernidad en este caso marxista.
HM: Por lo tanto el debate de aquí para adelante en los movimientos sociales no sólo es cómo se organizan para tener mayor autonomía y cómo construir también poder desde abajo de manera complementaria a lo que vaya construyéndose desde  el gobierno, sino lo que acabas de decir, incorporar al debate ¿es el socialismo altamente compatible con el comunitarismo? ¿es el proyecto socialista una negación o no de la descolonialidad? ¿es la descolonialidad necesariamente una ruptura con el capital? ¿es la descolonialidad compatible con una forma organización capitalista de la vida?. Y la unidad. ¿Cuál es el sujeto revolucionario? Hasta ahora lo que se está demostrado en Bolivia que el sujeto revolucionario, el pilar fundamental, es el bloque nacional-indígena-popular, estamos hablando de mezclar a la clase no con las etnias sino con las naciones originarias preexistentes hasta antes de la llegada de la invasión europea.
LJ: El desarrollo del proceso político boliviano exige, en mi opinión, un nivel de organización que aparentemente no se expresa todavía en la actualidad que tiene que ver con la formación de cuadros, de una organización política (partido, movimiento o la denominación que se le quiera dar) para organizar el poder popular, la movilización de los de abajo de manera autónoma y por otra parte la de los cuadros de gestión ¿En qué proceso está el desarrollo de la fuerza política que pueda materializar las tareas históricas, de liberación, de socialismo? La consolidación de la figura del líder no necesariamente expresa el desarrollo de fuerza política de carácter organizado, proceso que por otra parte con sus particularidades se repite en varios lugares de América latina, aunque parezca una tautología, la popularidad del liderazgo no referencia necesariamente la de la organización a la que pertenece.
HM: Si somos objetivos, si hacemos una lectura no ideologizada y digo ideologizada en termino de que la ideología también sirve para encubrir la realidad, lo mínimo que tendríamos que admitir en Bolivia los políticos, los intelectuales comprometidos con el proceso y los dirigentes de las propias organizaciones sociales, es decir esos intelectuales colectivos es que hemos sufrido desde el año 2006 para acá un retroceso, las organizaciones sociales en Bolivia han tenido su fortaleza siempre en la medida en que se han construido al margen del estado y contra el estado y esto último parece ser lo que precisamente explicaba la fortaleza de las organizaciones sociales ante la ausencia de partidos en muchas veces, era lo que Marx dice en el Manifiesto le permitía a la clase organizarse como clase autónoma distinta y diferente. Desde el año 2006 para acá las organizaciones sociales al perder sus niveles de autonomía lo que han hecho es retroceder sus niveles de organización. El liderazgo tan fuerte de Evo Morales hace que la sociedad tenga una relación directa con su líder y por lo tanto plantea como innecesaria la existencia de organizaciones de mediación, por emplear un concepto que no me gusta mucho, de mediación entre la sociedad política y la sociedad civil , pero lo planteo para que en términos de desdoblamiento metodológico se pueda entender. Entonces, el desafío de las organizaciones, lo dijimos en la primera pregunta, es recuperar los niveles de organización pero además necesitamos dar un paso, pero ese paso para que se entienda en países como la Argentina, parte de la necesidad de buscar formas organizativas que expresen la existencia de por lo menos tres ordenes civilizatorios en Bolivia, la forma partido corresponde a la civilización moderna y esto es solo una de las formas civilizatorias en Bolivia y no es teórico, es la realidad, existen dos mas, la de las tierras altas, cuya forma de organización no es la forma partido, sino que hay un desdoblamiento interesante, contradictorio en algunos casos pero complementario en otros, es la forma comunidad ayllus, capitanias, tentas (que eran los negros originarios) antes de que los sindicatos aparecieran en los lugares rurales, y está la forma sindical, eso pasa en las tierras altas de las cuales participan principalmente aymaras y quechuas. En las tierras bajas no hay ni sindicatos, pero tampoco la forma de comunidad tradicional de las tierras altas, (las tierras bajas comprende los departamentos de Santa Cruz, Beni principalmente, algunos de Pando, el oriente) estos indígenas tienen una forma de organización distinta porque a diferencia de los indígenas de las tierras altas no son sedentarios sino siguen siendo, en el siglo XXI, nómades por lo tanto el concepto de la territorio es distinto al que tienen en el occidente los aymaras y quechuas, entonces estos indígenas yuracarés, mojeños, guaraníes, tacanas, se mueven permanentemente, están en permanente movilidad, entonces esto hace que sus formas de organización cotidianas sean absolutamente distintas incluso frente a los indígenas de las tierras altas y más aún frente a la formas de organización de los sectores populares bajo la lógica de la forma sindical.
Considerando esto precisamente es que nace el instrumento político, el instrumento político no es solamente priorizar una forma de organización frente a otra, es mas bien la complementariedad de las diferentes formas de organización. Este instrumento político, que reitero, ha sufrido un retroceso desde el año 2006 tiene como desafío ya no volver al lugar inicial, porque el lugar inicial era cuando estaba fuera del gobierno, cuando era oposición, por lo tanto estaba preparado para ser oposición, pues hoy es gobierno, por lo tanto tiene que dar un salto cualitativo, que seguramente recogerá estas diferentes formas de organización, de las tres civilizaciones que existen en Bolivia, de las cuales una es el tema partido. ¿Qué cruza transversalmente a todo esto? Que se necesitan, como diría el Che, cuadros integrales, cuadros revolucionarios, que dividan y deslinden las tareas sociales de las tareas políticas, de las tareas administrativas, pero todo esto será posible en la medida en que se precise también el norte estratégico y en función de fijar el norte estratégico, de salir de la indefinición estratégica, seguramente se darán pasos importantes para construir una sola organización independientemente del nombre que se le dé, como es tu pregunta, y es una necesidad.
LJ: Esto marcaría que lo que aparece como una fortaleza, es decir, la consolidación del liderazgo de Evo con las masas se convertiría también en una debilidad.
HM: Totalmente, y eso se va a notar en las elecciones de abril, en la brecha que va a existir. El desafío para nuestro socialismo no es ganar, no separarse mucho de la votación, que tuvo el presidente, por ejemplo en La Paz el 80% de la población votó por Evo Morales, en la última elección. Cuanto menos el MAS, sin la presencia de la figura  presidencial, debería alcanzar por lo menos el 60% lo cual esta en duda, y esto pasa en todo el país. Tu pregunta ha resumido con mucha precisión eso, lo que es una fortaleza se convierte al tiempo en una debilidad.
LJ: La política del presidente Obama, hoy claramente expresada hacia América Latina,  tiene por lo menos tres ejes, uno el redespliegue militar, cuarta flota, bases militares móviles y fijas, segundo la defensa de los negocios de las multinacionales norteamericanas y tercero la articulación política de la derecha en América Latina donde se consolida su presencia con el triunfo de Piñeira en Chile que se le suma a la presidencia de Martinelli en Panamá, Uribe en Colombia,  Alan García en Perú lo que nos exige tener una mirada de la situación política boliviana en un contexto latinoamericano que se podría definir como un proceso abierto que no esta clausurado ¿Cuál es la opinión tuya en relación a este tema?
HM: Yo creo que esta consolidación de la derecha expresa una estrategia político-militar, porque es militar en la medida de la apertura de las siete bases militares en Colombia, la cuarta flota, las cuatro bases en Panamá con Martinelli, la ocupación militar en los hechos de Haití, de donde quizá se pueda tener una suerte de base móvil, la que teóricamente se va a construir en Perú, y las que existes se suman a la victoria de formas de gobierno en los países que tu has mencionado, yo creo que esto va a tener dos consecuencias, en el plano de la realidad histórica; por un lado va a demandar la radicalización de los procesos políticos de Bolivia, Venezuela, Ecuador, Nicaragua, pero principalmente de Bolivia y Venezuela, una radicalización, para no perder el tiempo, es decir quemar etapas, quemar fases y acelerar la construcción de ese poder indígena-originario-popular. La segunda consecuencia creo que puede ser mas bien la domesticación no solo académica sino política, o mas bien cierto aletargamiento en estos procesos, me explico: Bolivia sin Brasil donde es casi segura la victoria de la burguesía paulista, sin Argentina con todo lo que se piense de los Kirchner, sin la Concertación en Chile, con todo lo que se piense internamente, y que somos respetuosos de esa visión, y con la derecha en Perú, que va a volver a ganar por lo que parece, con la victoria nuevamente sea de Uribe o de Santos en Colombia, puede conducir a que Bolivia tenga que disminuir el nivel de radicalidad de su proceso y buscar formas de coexistencia política con sus vecinos lo cual implicará demorar esas tareas necesarias y urgentes para conseguir el socialismo.
LJ: Este escenario que vos describís plantea una disyuntiva de carácter político-histórica: la profundización de los cambios o no, es la medida que nos marca hacia donde va el proceso: a una restauración de un estado liberal hegemonizado por los aborígenes o la construcción del socialismo comunitario como señalabas, no podríamos afirmarlo hoy, pero son escenarios posibles.
HM: Yo tengo mis dudas, la verdad es que quiero esconder mi lado militante para no decir cosas de las cuales no estoy seguro, tengo la impresión de que sin embargo estos cinco años van a ser decisivos y dentro de los cinco años los primeros tres años de este segundo mandato, hay señales que nos conducen en una y en otra dirección, fíjese el problema, por un lado hay señales de predominio del capital financiero sobre el capital productivo ya advertido por Rosa Luxemburgo en Reforma o Revolución en su debate con Bernstein, pero por otro lado mensajes políticos del vicepresidente y del presidente, hablando sobre la necesidad de avanzar hacia el socialismo, entonces yo creo que esos son los dos escenarios, creo que lo que puede facilitar la segunda opción es decir capitalismo con rostro indígena es precisamente la ausencia de una organización. Si se trata de juzgar hoy, en febrero del año 2010, yo podría decirte que pienso que la balanza está volcada mas un poco hacia una sociedad pos neoliberal pero capitalista, pienso que es el debate hoy.
LJ: ¿Un  capitalismo de estado?
HM: Sí, un capitalismo de estado con rostro plurinacional es decir pasar de la burguesía monocultural a una burguesía plurinacional, las potencialidades de este proyecto están en que una de las bases sociales mas importantes del MAS son los pequeños propietarios no necesariamente campesinos. Estamos trabajando con todo ese sector modelo vinculado al comercio exterior sobre todo grandes contrabandistas importadores de artículos de electrodomésticos, suntuarios, etc. que se los suele encontrar en la feria 16 de julio en la ciudad del Alto como en Eloy Salmón (calle comercial de La Paz). Pero también se mueven por el resto del país. También hay hasta productores agrícolas vinculados en algunos casos a la producción industrial de papel que no exportan, que producen papel higiénico o productos alimenticios agroindustriales, ahí están, esa es una base social importantísima del MAS y todos lo sabemos, y esas fuerzas están jugando también sus propuestas, sus proyectos, dentro de esa amalgama de propuestas que hay dentro del MAS y del gobierno. Quizá la rotación que hasta ahora de manera exitosa está logrando el presidente en diferentes ministerios y viceministerios, impida por el momento la formación de una burguesía burocrática de estado que sin ser dueña de los medios de producción se potencia a través de la administración de estos medios, eso ha pasado en Bolivia, ha pasado en la Unión Soviética, Charles Bettelheim ha hablado mucho sobre ese tema. Pasó en Bolivia entre las revoluciones del 52 al 85, no hay  señales muy poderosas de que vaya a pasar esto en el corto plazo lo cual al mismo tiempo es una buena noticia. Una tradición altamente anticomunista en un sector importante del movimiento indígena, del movimiento campesino quizá podría entorpecer la marcha hacia el socialismo y mas bien facilitar la construcción de este capitalismo, yo pienso que esto es un desafío no solo para Bolivia, si somos honestos la única revolución que ha roto radicalmente con el capital es la Revolución Cubana, con todas las consecuencias que conocemos, le queda a la revolución venezolana y a la revolución boliviana definir si estamos entrando a un proceso de pos neoliberalismo desde el capital o pos neoliberalismo desde los movimientos sociales.¿Qué es pos neoliberalismo desde el capital? Está claro que es sustituir el modelo neoliberal pero no sustituir al capitalismo como organización de la sociedad, como orden civilizatorio y desde las organizaciones sociales está claro que ese pos neoliberalismo pasa también por una ruptura con el capital. Ahora, todas estas son posibilidades, conjeturas, temores, riesgos, que están asentados sobre señales contradictorias que se arrojan desde el gobierno boliviano.
LJ: ¿Cuál es el papel que desempeñan el imperialismo norteamericano, los medios de comunicación y  la iglesia?
HM: Estado Unidos ha tenido un papel bastante inteligente aunque con algunas metidas de pata durante los primeros cuatro años del presidente Morales, la metida de pata ha sido la intención del embajador Goldberg de respaldar el proyecto separatista, en el cual es especialista por su presencia en la desaparecida Yugoslavia, de los sectores de la burguesía latifundista del país asentada en el oriente boliviano. Lo inteligente, hasta ahora, ha sido sus niveles de penetración política y cultural a través de fundaciones, organizaciones no gubernamentales, porque a pesar de que Bolivia es signataria de la Declaración de París, y del Consenso de Monterrey donde señala que las ayudas oficiales al desarrollo deben ser compatibles con los planes nacionales de desarrollo de los gobiernos de ese país. USAID[2] aquí no ha rendido ninguna cuenta ni ha inscripto los proyectos que está financiando en el Ministerio de Inversión Pública, por lo tanto son recursos de libre disponibilidad que no solo siguen siendo altos en los costos de transacción ,y precisamente han sido tratado en ambos convenios internacionales a los que he hecho referencia, sino que además han estado destinados a financiar las actividades de los partidos de derecha pero sobre todo de las organizaciones cívicas que querían dividir al país, porque el golpe en Bolivia no era sacar a Evo Morales del palacio, el golpe en Bolivia en agosto y septiembre del año pasado pasaba por dividir el país, es decir que Evo Morales se quede con el occidente y la burguesía se quede en el oriente. Y después de separar el proyecto era que vengan cascos azules a manera de pacificar la existencia de dos Bolivias, lo que demuestra que la embajada de Estados Unidos no ha disminuido, es más ha incrementado su presencia, su accionar en Bolivia, como es lógico suponer que lo haga en procesos revolucionarios como éste.
La iglesia ha jugado un papel absolutamente contrarrevolucionario, que tampoco es raro en procesos como este, la jerarquía eclesiástica especialmente, con los dirigentes de la media luna, criticando duramente las medidas del gobierno oponiéndose a esta ampliación de la democracia que es uno de los cumplidos mas importantes que ha logrado este proceso revolucionario, porque no hay socialismo sin democracia, no hay liberación sin ampliación de la democracia. Digo democracia no tanto en términos de votar, ese es un error al que nos conduce a veces la concepción burguesa de la democracia, sino, sobre todo, de decidir, de participar, de discutir.
El ejército hasta ahora ha jugado un papel, diría, bastante afín a los objetivos del proceso y esto ha tenido que ver con una relación inteligente del gobierno con las estructuras altas, porque donde hay todavía cierto desencanto es en las estructuras altas. Pero la política que se ha definido hacia ellos es tan exitosa que ha logrado neutralizar y han sido muy pocos los militares de alta graduación que se han expresado contrarios de este proceso. En la oficialidad de base, de soldados, suboficiales, en fin, esta claro que mas bien hay un apoyo, una identificación muy grande lo cual ha impedido, precisamente, que el ejercito se convierta (por el momento) en un instrumento, como lo ha sido siempre en América Latina, al servicio de los intereses del imperialismo. Esto es lo que explica al mismo tiempo por qué han tenido que organizar grupos privados, grupos paramilitares en el oriente boliviano e incluso contratando a mercenarios del extranjero, ¿va a tener el ejercito permanentemente esta actitud? Creo que el caso de Honduras, el caso de la propia Venezuela, y la dinámica misma del proceso político nos irá dando una respuesta, en todo caso creo que la estrategia de defensa de este proceso revolucionario pasa por el protagonismo de las organizaciones y los movimientos sociales, más que del aparato armado (policía, fuerzas armadas) de un estado que todos sabemos que todavía no ha sido transformado radicalmente.
LJ: Por último y agradeciéndote la gentileza de habernos atendido preguntarte ¿Cuál es la relación de los sectores medios urbanos con el gobierno? ¿están incorporados  al proceso, están más cercanos, más lejanos?¿Cambió esto en los cuatro años de gestión?
HM: De un primer momento, en el que más que por susceptibilidad de las clases medias que por políticas del gobierno, de ruptura entre las clases medias e incluso sectores empresariales con el gobierno, hoy hemos pasado a un segundo momento, a una relación más o menos armónica, de sintonía, entre las clases medias, que lo que expresan es siempre las relaciones de fuerza que hay entre los sectores antagónicos en el capitalismo. La clase media cuando siente que el bloque indígena-popular o la clase obrera son fuertes siempre termina actuando junto a ellos y viceversa, pero al mismo tiempo, esto que es una constatación teórico-practica evidente en cualquier proceso, hay que sumar el hecho de que el gobierno atento a las señales contradictorias ha señalado que el socialismo no afectará los intereses de la clases dominantes en términos de propiedad, hasta tal punto que el presidente de la Confederación de empresarios privados de Bolivia, Gabriel Dabdoub, que es un tipo que viene del oriente boliviano, que fue colocado por la oligarquía y la burguesía latifundista para, precisamente, ser parte de la presión en este sentido contra el gobierno desde el año 2008; este mismo empresario acaba de señalar hace poco, que dada la explicación  que el gobierno ha hecho del socialismo ellos creen que el socialismo no es una amenaza. Entonces, no hay problemas por el momento, hay una cancha rayada, hay una hegemonía plena, lo que queda  por discutir es a dónde nos está conduciendo esta hegemonía. Yo no dudaría que los banqueros, que son los que más plata han ganado en Bolivia durante toda su vida, y los sectores empresariales puedan tener hoy una simpatía mayor de la que incluso puedan tener algunos sectores tradicionales del movimiento sindical boliviano como son los maestros o los trabajadores mineros que no dejan de expresar, sin dejar de apoyar el proceso, ciertas preocupaciones y ciertas criticas al mismo.

[1] La conocida Carta de Marx a Vera Zasulich, en la que no descarta la posibilidad de que Rusia pueda abrir un camino hacia el socialismo apoyándose en la tradición comunitaria del campesinado ruso, fue publicada en 1926 y revalorizada al calor de los procesos revolucionarios en el tercer mundo, décadas más tarde.
[2] Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.

18-2-2010

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