Es
imprescindible empezar esta nota haciendo una ineludible precisión en relación
a que el Poder no está hecho sólo de votos sino de la solidez de quien lo
ejerce, de la movilización de masas que suscita y que lo sostiene, y de las
relaciones de fuerzas internacionales en las que se inserta.
Cuando
la organización, la política, se vuelve autorreferencial, el análisis de la
realidad se deforma y se vuelve instrumental
y hace difícil construir un gobierno de programa.
En el
gobierno nacional a prevalecido una especie de Keynesianismo manco y perverso:
la paradoja Keynes (gasto publico en déficit para reactivar la expansión
incluso abriendo agujeros para luego taparlos), se asumió al pié de la letra
sin garantizar en absoluto que a ese gasto y a ese empleo transitorios le
sucedería un desarrollo capaz de reabsorber el déficit y estabilizar el empleo.
La patronal no sólo tolera esta política, sino que la utiliza activamente para
su propia ventaja, como un pozo del que sacar y como instrumento para producir
un choque entre los ámbitos públicos y privados. Además las consecuencias
perversas de estas políticas- inflación y devaluación de la moneda-en el
presente inmediato favorece sobre todo a la parte mas poderosa (agroalimentos,
bancos, exportadores), facilita las exportaciones, reduce el salario real, y va
a facilitar los despidos.
El
relanzamiento del gasto público, del consenso, de las facilidades a las empresas,
en un mercado abierto, se puede constatar que el incremento de la demanda se
satisface con importaciones y produce más inflación que nuevas inversiones. El mismísimo
Keynes, tras haber escrito un libro genial sobre la necesidad de la
intervención estatal contra la reiterada tendencia de los capitalistas en
preferir la liquidez frente a la inversión, disintió de quienes tendían a creer
haber encontrado en la constante política
de expansión de la demanda una medicina milagrosa, saludable en
cualquier circunstancia, para todos los males y para siempre.
La gran depresión de 1929, nacida de la sobre
producción fordista, que se extendió al mundo entero, contribuyo al nacimiento
del fascismo y sólo pudo superarse mediante otro conflicto mundial, no alcanzó
con la teoría de Keynes.
En
estas circunstancias es esencial saber decir, o al menos decirse, la verdad de
los hechos, prever su probable dinámica, valorar las consecuencias,
considerando también el contexto en el que el conflicto se sitúa, y comunicar
en la medida apropiada tales verdades. Es importante advertir que las Reformas
hechas a medias, no garantizadas por un poder político modificado, puesta en
manos de aparatos estatales ineficientes u hostiles y deliberadamente poco
claras pueden quedarse sobre el papel, o albergar espinas venenosas.
Hay que
plantear claramente que lo que se necesitan son reformas estructurales audaces,
una programación coherente, una administración estatal eficiente y una fuerza
política con una profunda inserción nacional y una fuerte vocación de poder popular
en el que se sustente.
Como
están planteadas las cosas en el escenario político argentino se hace cada vez
más notoria la dificultad de construir un gobierno de programa, de lo que se
desprende que la tarea inmediata para una fuerza de izquierda como la nuestra
es avanzar en el desarrollo de una Fuerza Programática que se articule mínimamente
en torno a los siguientes ejes a) AUTONOMÍA ENERGETICA: la necesidad de divisas
del gobierno nacional tiene un componente fundamental en la importación de
energía que se estiman este año rondaran los 15.000 millones de dólares( en el
mejor de los escenarios el blanqueo recientemente propuesto introduciría al
mercado argentino 5.000 millones de dicha moneda). La autonomía energética
implicaría una nueva discusión sobre la
recuperación de YPF, de la total producción, refinamiento y comercialización
del petróleo y el gas, hoy casi en un 60% en manos de multinacionales, la
minería y los ferrocarriles, etc. b) SOBERANÍA ALIMENTARIA: se hace
indispensable la constitución de una Junta Reguladora Agroalimentaria, para
poder intervenir en el principal componente de las exportaciones argentinas que
superan en total los 50.000 millones de dólares, y de los cuales los principales
beneficiarias son las cerealeras encabezadas por Cargill, que maneja el 60% del
negocio agroalimentario , y que además son las agentes de retención a las
exportaciones, que como quedo demostrado por la vida, no garantizan la mesa
alimentaria de los argentinos, las cerealeras exportan todo en precios dólares,
y si quieren comprar los argentinos que lo paguen en precios internacionales,
esto explica el aumento de los
alimentos, de manera combinada con la producción de biocombustibles, que actúa también
como regulador de los precios, por supuesto siempre para arriba. c) REFORMA
FIANANCIERA: hay que seguir insistiendo con la ley de servicios financieros.
A
partir de tener un horizonte programático básico, es legítimo preguntarse
acerca de como, de cuando, conque fuerzas, en que etapas aquello se puede
realizar, tan legítimo como afirmar que esto nos permitirá transitar un camino
claro con una propuesta no enigmática ni ambigua y que le ha provocado una gran
atonía al movimiento popular.
Construir
una Fuerza de Programa puede convertirse en la llave de bóveda para resolver el
problema de la Alternativa
en la Argentina
que es el gran talón de Aquiles de nuestro pueblo, teniendo conciencia de que
este camino es una tarea de generaciones y no la puede realizar un solo partido
por grande y poderoso que se presuma.
Los
comunistas podemos y debemos jugar un rol en esta tarea y para ello ,
necesitamos más organización, ideas claras, luchas duras, y un liderazgo
colectivo capaz de hacer pedagogía, rico en ideas y prestigio, solidario y
unido y esto posibilitará que el futuro sea hermoso y más cercano.
LEONARDO JUAREZ