viernes, 10 de mayo de 2013

LA PARADOJA KEYNES


Es imprescindible empezar esta nota haciendo una ineludible precisión en relación a que el Poder no está hecho sólo de votos sino de la solidez de quien lo ejerce, de la movilización de masas que suscita y que lo sostiene, y de las relaciones de fuerzas internacionales en las que se inserta.

Cuando la organización, la política, se vuelve autorreferencial, el análisis de la realidad se deforma y se vuelve instrumental  y hace difícil construir un gobierno de programa.

En el gobierno nacional a prevalecido una especie de Keynesianismo manco y perverso: la paradoja Keynes (gasto publico en déficit para reactivar la expansión incluso abriendo agujeros para luego taparlos), se asumió al pié de la letra sin garantizar en absoluto que a ese gasto y a ese empleo transitorios le sucedería un desarrollo capaz de reabsorber el déficit y estabilizar el empleo. La patronal no sólo tolera esta política, sino que la utiliza activamente para su propia ventaja, como un pozo del que sacar y como instrumento para producir un choque entre los ámbitos públicos y privados. Además las consecuencias perversas de estas políticas- inflación y devaluación de la moneda-en el presente inmediato favorece sobre todo a la parte mas poderosa (agroalimentos, bancos, exportadores), facilita las exportaciones, reduce el salario real, y va a facilitar los despidos.

El relanzamiento del gasto público, del consenso, de las facilidades a las empresas, en un mercado abierto, se puede constatar que el incremento de la demanda se satisface con importaciones y produce más inflación que nuevas inversiones. El mismísimo Keynes, tras haber escrito un libro genial sobre la necesidad de la intervención estatal contra la reiterada tendencia de los capitalistas en preferir la liquidez frente a la inversión, disintió de quienes tendían a creer haber encontrado en la constante política  de expansión de la demanda una medicina milagrosa, saludable en cualquier circunstancia, para todos los males y para siempre.

 La gran depresión de 1929, nacida de la sobre producción fordista, que se extendió al mundo entero, contribuyo al nacimiento del fascismo y sólo pudo superarse mediante otro conflicto mundial, no alcanzó con la teoría de Keynes.

 

En estas circunstancias es esencial saber decir, o al menos decirse, la verdad de los hechos, prever su probable dinámica, valorar las consecuencias, considerando también el contexto en el que el conflicto se sitúa, y comunicar en la medida apropiada tales verdades. Es importante advertir que las Reformas hechas a medias, no garantizadas por un poder político modificado, puesta en manos de aparatos estatales ineficientes u hostiles y deliberadamente poco claras pueden quedarse sobre el papel, o albergar espinas venenosas.

Hay que plantear claramente que lo que se necesitan son reformas estructurales audaces, una programación coherente, una administración estatal eficiente y una fuerza política con una profunda  inserción  nacional y una fuerte vocación de poder popular en el que se sustente.

Como están planteadas las cosas en el escenario político argentino se hace cada vez más notoria la dificultad de construir un gobierno de programa, de lo que se desprende que la tarea inmediata para una fuerza de izquierda como la nuestra es avanzar en el desarrollo de una Fuerza Programática que se articule mínimamente en torno a los siguientes ejes a) AUTONOMÍA ENERGETICA: la necesidad de divisas del gobierno nacional tiene un componente fundamental en la importación de energía que se estiman este año rondaran los 15.000 millones de dólares( en el mejor de los escenarios el blanqueo recientemente propuesto introduciría al mercado argentino 5.000 millones de dicha moneda). La autonomía energética implicaría una nueva discusión  sobre la recuperación de YPF, de la total producción, refinamiento y comercialización del petróleo y el gas, hoy casi en un 60% en manos de multinacionales, la minería y los ferrocarriles, etc. b) SOBERANÍA ALIMENTARIA: se hace indispensable la constitución de una Junta Reguladora Agroalimentaria, para poder intervenir en el principal componente de las exportaciones argentinas que superan en total los 50.000 millones de dólares, y de los cuales los principales beneficiarias son las cerealeras encabezadas por Cargill, que maneja el 60% del negocio agroalimentario , y que además son las agentes de retención a las exportaciones, que como quedo demostrado por la vida, no garantizan la mesa alimentaria de los argentinos, las cerealeras exportan todo en precios dólares, y si quieren comprar los argentinos que lo paguen en precios internacionales, esto explica el aumento  de los alimentos, de manera combinada con la producción de biocombustibles, que actúa también como regulador de los precios, por supuesto siempre para arriba. c) REFORMA FIANANCIERA: hay que seguir insistiendo con la ley de servicios financieros.

A partir de tener un horizonte programático básico, es legítimo preguntarse acerca de como, de cuando, conque fuerzas, en que etapas aquello se puede realizar, tan legítimo como afirmar que esto nos permitirá transitar un camino claro con una propuesta no enigmática ni ambigua y que le ha provocado una gran atonía al movimiento popular.

Construir una Fuerza de Programa puede convertirse en la llave de bóveda para resolver el problema de la Alternativa en la Argentina que es el gran talón de Aquiles de nuestro pueblo, teniendo conciencia de que este camino es una tarea de generaciones y no la puede realizar un solo partido por grande y poderoso que se presuma.

Los comunistas podemos y debemos jugar un rol en esta tarea y para ello , necesitamos más organización, ideas claras, luchas duras, y un liderazgo colectivo capaz de hacer pedagogía, rico en ideas y prestigio, solidario y unido y esto posibilitará que el futuro sea hermoso y más cercano.

                                                              LEONARDO JUAREZ