jueves, 24 de febrero de 2011

El estado oligárquico de Salta

Diversas han sido y son las caracterizaciones políticas que se han realizado de la provincia de Salta y transitaron por un derrotero que va desde la que en los noventa la señalaban como una provincia dependiente de un país dependiente y esta doble subordinación la tornaba inviable, lo que fue el sustento “teórico del discurso modernizador” que justifico el desguace de las empresas del estado con el consiguiente saldo del saqueo: para nuestro pueblo, hambre, dolor, miseria y represión; para los sectores dominantes, riquezas mal habidas e impunidad.
Otro señalamiento que se le hace reiteradamente, es su condición de “feudal”, cualquier medievalista medianamente informado podría explicar correctamente que el feudalismo nunca existió en América y que este no tiene que confundirse con el señorío rural, que existió antes durante y posteriormente al feudalismo; que es un fenómeno básicamente europeo..
Otro de las caracterizaciones también extendidas es la que señala que estaríamos en presencia de un “Narco Poder”, este es un titulo grandilocuente, marketinero pero no explica bien el tema del poder.
Por la brevedad de la nota me permito hacer solo estos tres señalamientos con sus respectivas justificaciones.
El tema de la doble dependencia justifica en las clases dirigentes el discurso del federalismo, que tuvo en la confrontación del gobierno nacional con los sectores de los agro negocios durante el conflicto por la 125 un momento paroxístico, que fue el tema de las autonomías, que tuvo un correlato aún mas profundo en Bolivia, con el secesionismo impulsado por los prefectos del oriente, o de los mantuanos de Guayaquil en el Ecuador, pero que claramente se expresó con rango constitucional en la Argentina cuando la constitución del año 94 le quito a la Nación y le entregó a las provincias entre otras perlitas el manejo de sus recursos energéticos, esto posibilitó, que el “brillante” Romero entregara las regalías petroleras y gasíferas por quince años a precios de estafa, para que el lector considere (el precio del barril de petróleo que puso Romero fue de nueve dólares, cuando llego a estar en 180 U$ y hoy está en 90U$ el barril).Para este y otro negociados desguazaron el estado nacional.
Producto de la situación descripta surge el señalamiento de provincias como Salta de Feudo o feudal, que en realidad es un calificativo erróneo que quiere mostrar que en provincias como estas los gobernantes hacen lo que quieren, sin respeto por las leyes que ellos mismos aprobaron y ellos mismos se encargan de violar ¿por qué es errónea? , no por veleidades históricas, sino porque políticamente es incorrecta, da la idea que son estados arcaicos y por lo tanto habría que enfrentarlos de manera  precapitalista y en realidad todos estos son estados que asumen la forma del capitalismo en su fase neoliberal.
Sucede una lógica similar con el narcotráfico que forma parte de los entramados de negocios de estos estados pero no son hoy el dato principal.
Habiendo visitado rápidamente estas caracterizaciones mas habituales que se hacen de nuestra provincia y como se ejerce la dominación política quiero proponer, una  que considero mas adecuada y es que en Salta estamos en presencia de un estado oligárquico con características propias.
La constitución del estado oligárquico nacional, fue el colofón de una larga marcha con avances y retrocesos, de articulación de mercados regionales, hasta lograr la constitución de una burguesía que se convirtió en nacional y hegemónica, clase que se asentó sobre la apropiación de de millones de hectáreas de tierras, y el ejercicio del monopolio de la violencia (coerción).
Pero conviene señalar, que la evolución de la élite (republicana) hacia una organización cada vez más estrechamente oligárquica fue acelerada. De Sarmiento a Avellaneda y de Avellaneda a Roca, el poder paso de mano en mano gracias al calor oficial, es decir este era un sistema político elemental, que al mismo tiempo que afirmaba solemnemente el orden jurídico, lo violaba sistemáticamente por medio del fraude y la violencia. Sintiéndose inspiradores del progreso económico, creyeron conveniente para ellos y para los intereses de la Nación entregarse al capital extranjero, asegurándoles altos rendimientos y garantías excesivas
En el caso de la SALTA QUE HOY VIVMOS SE EMPARENTA CON ESTA ÉPOCA DE LA ARGENTINA OLIGARQUICA, solo mencionar los negociados de Salta Forestal, la entrega del Gas y del Petróleo conjugada con  un sistema Político que hace que nuestra ciudadanía sea sometida a un constante gatopardismo, que haría de las delicias de Lampeduza. El hecho neurálgico, la piedra de toque de la oligarquía salteña que la iguala al período histórico de Argentina señalado arriba es el acceso al poder político para la apropiación de tierras, esto los iguala, a Robustiano Patrón Costas, a Romero, Urtubey, Olmedo y COMPAÑÍA. Esto explica sus relaciones y la impunidad que comparten, producto de la complicidad en el latrocinio que se realizó en nuestra provincia. Es decir que la gran riqueza de la Oligarquía, la que constituía y constituye su punto de partida en la carrera hacia la fortuna era y es la tierra.
Pero la oligarquía de los ochenta hasta principio del siglo XX, se preocupó por separar la Iglesia del Estado, de aprobar una ley de educación gratuita, obligatoria y laica, el mismísimo Roca rompió relaciones con el Vaticano, dotó al país de un sistema jurídico superador en relación al que se traía del vetusto estado colonial.
En el caso de Salta a principio del siglo XXI, tenemos una corte de justicia, en la que varios de sus miembros tienen por virtudes haber servido a los gobiernos de turno (Ferraris, Catalano,Vittar,) más la influencia del CLERO en la formación de los abogados, la mayoría de los que componen el poder judicial son egresados de la Universidad Católica, hacen un poder cuasi confesional y la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en las escuelas, ubican a la oligarquía local actual, por atrás de aquella vieja oligarquía.
Este es el ESTADO QUE HAY QUE enfrentar, rentívoro, parasitario, oscurantista, que participa de todos los negocios que beneficien a su clase, pero que a diferencia de la generación del 80 (que, creía en el progreso de la Argentina como una Gran potencia en el escenario mundial), estos de acá son sólo pungas, vulgares carteristas, promotores de negocios de cero riesgo y altos beneficios.

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