viernes, 22 de enero de 2016

SALTA: MISERIA, DROGA Y CORRUPCION

            
             La lumpen burguesía argentina  muestra en el territorio salteño su incapacidad creativa. Desmontaron un millón de hectáreas con apoyo subrepticio de su partido insignia, el justicialismo. Se alzaron muchas voces en contra. La mayoría de ellas, tecnócratas  y ambientalistas devenidos a luchadores por la libertad que solo le cobraron “el peaje” miserable para tamaña depredación. Lo llaman Plan de Impacto Ambiental. Hasta ellos se tragaron el verso.  Si todo salía bien, tres toneladas de soja como por arte de magia se obtendrían por hectárea, y usando una palabrita ambientalista, de manera “sustentable”.  
Quince años después si no es el niño, es el verso del cambio climático, si no es “la yegua”, y si no es Dios, pero las tres toneladas por hectárea no aparecen. Con resultados de mil ochocientos kilos promedio no son competitivos, si la soja vale U$S330 la tonelada. Entonces, en este cuentito, comenzaron a lavar plata endeudándose con la esperanza que la yegua se vaya. Ya se fue. Y como siguen produciendo mal por copiar mal del modelo norteamericano, no salen del atolladero.  
Siempre está la solución mágica. Le piden a un peronista bueno, amable, y que odia a “la yegua”, el gobernador Urtubey, que emita un bono para refinanciarles la deuda. Y así será. Y todo seguirá igual en Salta. Miseria, droga y corrupción. Eso no importa. Lo importante es salvar a las doscientas “empresas” foráneas que tienen problemas. El problema es que en el capitalismo teóricamente se puede ganar o perder. Ellos no lo entienden así. El curioso país de los liberales estatistas siempre estatiza las deudas de estos inútiles que se consideran los innovadores del modelo de producción del NOA.   
No debemos permitir que estas aventuras empresariales que deterioran el medioambiente sean solventadas por el estado provincial. Da vergüenza ajena observar el estado de los hospitales, las escuelas, y el estado de los que cariñosamente los justicialistas kirchneristas llaman “pueblos originarios”. 
Esta debe ser la base de la discusión ambiental que nos debemos para el chaco salteño. Dejemos de joder con el glifosato y la Pachamama. Mientras estemos entretenidos en esa disputa estúpida la burguesía sigue haciendo lo que quiere. Lavar plata, trabajar poco, ganar mucho.  

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