Nunca hay viento
favorable para el que no sabe hacia dónde va (Séneca)
La Dilmificación está instalada en Brasil y tendrá, a no
dudarlo, su expresión en Argentina, cualquiera sea el resultado electoral.
“Con comodities a precios internacionales altos somos de
izquierda, pero si bajan los mercados,
aplicamos ajustes al pueblo.” Así se podría resumir el derrotero de los llamados gobiernos progresistas.
Argentina y Brasil dependen del valor
internacional de las materias primas y sus “burguesías nacionales” son débiles a pesar que la de San Pablo es la
conductora en Sudamérica.
Sin embargo ya no queda espacio para el
desarrollo de políticas reformistas y no será el parlamento del Mercosur el que
les ponga límites a los “burgueses nacionales” de neta vocación globalizante.
Las cerealeras
globalizadas dominan la
producción de alimentos, sus precios y distribución.
La generación de tecnología agroalimentaria y su aplicación está en manos
del gran capital dominando con el hambre a continentes enteros.
Jamás en el MERCOSUR se cuestionó
el rol de las multinacionales agroalimentarias .Siempre los reformistas
se esconden detrás de consignas verdes y/o pachamamistas sin pretender
cuestionar el sistema.
El Papa como un gran oportunista se
ofrece como vanguardia ecológica “para
salvar al planeta”, los gobiernos “progresistas “aceptan su conducción. Las izquierdas
reformistas y verdes también. En el proceso electoral argentino, todos
los candidatos, se autotitulan "Los amigos de Bergoglio". Su
hipótesis de máxima es lograr un frente único con la Iglesia.
Los
partidos de la burguesía no explicitan
claramente el programa económico que van
desarrollar si accedieran al gobierno. El ejemplo más claro es el silencio
acerca de cómo se financiará el Estado en los próximos años. Todos, de alguna
manera, prometen rebajas impositivas y una merma en las retenciones por derecho
de exportación a los productos primarios.
Debido a la baja del precio internacional de
los granos, un aumento de producción, no alcanzaría para contrarrestar el
efecto de una baja en las retenciones. Esta baja, beneficiaría al modelo
agroexportador. Eufemísticamente, los candidatos empiezan por confesar que concurrirán a tomar
crédito al mercado mundial de capitales. De esta manera generarán deuda externa
que harán pagar a todo el pueblo
argentino. Con dólares de financiación internacional quieren hacer
más rentable la producción de commodities. Cuarenta millones pagarán las
cuentas, setenta y seis mil productores se benefician. Curiosidades de la
democracia burguesa.
Este modelo, será aplicado sin duda por
cualquiera de los tres presidenciables que priman en las encuestas, porqué lo
que está a la orden del día en América Latina, es un cambio en las cotizaciones
de sus productos de exportación y no un cambio de época.
muy bueno Leo
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