Como consecuencia de la profundización de las
contradicciones de las diversas bandas que forman la lumpen burguesía
argentina, surgen voces que se auto adjudican derechos sobre la riqueza
petrolera. No es nueva la discusión. En la década del veinte el General Mosconi
le dijo a Yrigoyen (presidente de la Nación): “si usted permite que los
gobernadores determinen sobre la riqueza petrolera, ésta pasará íntegramente a
las manos de la Standard Oil, y de esa manera la riqueza generada a los
bolsillos de la familia Rockefeller”. El GOBERANDOR PROVINCIAL QUE ENTREGO LOS
Recursos petroleros a Estándar Oil era Robustiano Patrón Costa. Romero pretende
arrogarse el derecho de explotar – él y sus secuaces – las riquezas de Salta.
Cree que ya es hora que Urtubey y su banda le dejen el espacio que él una vez
les cedió. (Paradojas de la vida económica local, la hija de Romero esta casada
con uno de los nietos del “prócer” conservador, todo queda en familia.)
Las bandas punguistas no tienen ningún otro objetivo que el lucro
fácil de la renta obtenida por acuerdos y concesiones al imperialismo. Como
ejemplo paradigmático es fácil observar el deterioro total de la red
ferroviaria que alguna vez se construyó en Salta. Fue privatizada en los
noventa con la complicidad de toda la dirigencia sindical y el partido
peronista, que es la garantía de “gobernabilidad” de la Nación Argentina. El
sistema ferroviario en la provincia superaba los mil quinientos (1500)
kilómetros de longitud. Comunicaba la provincia con Chile y Bolivia. Hoy, no
está operativo ningún ramal con seguridad. El resultado de la privatización fue
nefasto, pero mucho peor para el sistema ferroviario fue la bochornosa
estatización que realizó el general Perón en su primer gobierno. La burguesía
argentina encontraba más y mejores negocios en la corruptela que en el
desarrollo capitalista. Los productores agropecuarios provinciales saludaron
con alegría la privatización y hoy quieren que el pueblo trabajador le
construya nuevos trenes cargueros para pagar menos flete.
Los recursos
petroleros de la provincia, como así también la red ferroviaria, deben ser desarrollados,
administrados y operados por empresas estatales con control obrero y popular.
Nunca más deberían estar conducidas por representantes de los partidos
burgueses y de las bandas de caciques sindicales.
La destrucción de la petrolera YPF estatal,
al igual que Ferrocarriles Argentinos, fue un plan de robo ejecutado por el
peronismo y el resto de la burguesía lumpen, que recoge las migajas que en la
provincia se le caen a los Romero y los Urtubey. La mayoría de los salteños en
la actualidad desconoce la importancia que tuvo la red ferroviaria, como así
también la cantidad y calidad del petróleo y gas que lastimosamente aún se
produce.
¿Vendrán nuevos créditos internacionales para
“reconstruir” estas empresas? El pueblo argentino, si continúa ésta saga de mafiosos
, volverá a “ajustarse” para pagarlos; como indica el carácter neocolonial de
nuestro país, los gobiernos nacionales y provinciales volverán a pedir otro
esfuerzo para “HONRAR SUS DEUDAS”.
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